18 again! o Plantón al cielo es una película similar a Vice versa, Like father, like son o incluso la más conocida que es Big (interpretado por Tom Hanks) tienen el mismo argumento: el cambio de cuerpos ya sea por el intercambio de mentes o de almas según el patrón de la cinta, dando situaciones hilarantes o no esperadas por el cambio generacional, padre en el cuerpo del hijo y al revés, teniendo que lidiar en cada lado sin saber cómo desarrollarse. Bueno, aquí la premisa es casi igual, solo que cambia las implicancias por la altísima diferencia de edad. Pasen y lean, bienvenidos a 18 otra vez. Por cierto, destripo toda la historia, si deseas verla primero dale el visionado y luego vuelve, avisados quedan.
«El tiempo pasa las páginas…»
Con
casi 81 años, Jack Watson lo tiene todo: millones, mansión, los negocios son
una maravilla, una mujer adorable y David, su nieto de 18 años que realmente lo
quiere ¿qué más pedir? En su cumpleaños canta que desearía retornar a la edad
de David para revivir su adolescencia y disfrutar la juventud una vez más.
Un
petitorio que pronto se hará realidad cuando, en un accidente de tránsito,
ambos parientes intercambien sus almas, pero no todo es maravilloso: mientras
el anciano ahora está en un cuerpo vitalizado, su nieto se encuentra en coma y
no parece despertar.
Mientras
espera un milagro, Jack decide disfrutar lo que significa volver a sus años
mozos: deportes, universidad, ligar con mujeres lindas y visualizar el entorno
familiar con ojos aparentemente inocentes, pero en el camino descubrirá que no
todo lo que brilla es oro, pues David no disfruta el ejercicio físico, no se
tiene confianza por el hecho de ser menospreciado, la relación con los alumnos
mayores de la Fraternidad hace que lo utilicen sin posibilidad de defensa, y la
chica de sus sueños solo parece una epopeya lejana por su timidez. Con un amigo
aprende que sus ideales giran hacia el arte de la pintura y aunque le sorprenda,
ve habilidades que nunca pensó que su descendiente poseería.
«… y solo desearía tener 18, otra vez»
Si con los días va pensando que David no lo tiene fácil, también se llevará una lección por parte del padre de este, quien en confianza se explaya de las bondades del «abuelo» pero también señala falencias: orgulloso, terco y poco deseoso de escuchar sus opiniones sobre mejorar y obtener beneficios novedosos en la empresa. También averigua que, tras un antifaz de sonrisas, su futura esposa mucho más joven, es más que infiel, si puede se llevaría a la cama hasta al perro.
Poco
a poco, su mente se rebela e intentará remediar todo, con situaciones que irán
mejorando las habilidades sociales del pequeño heredero, su condición física e
incluso en el campo del amor.
Teniendo
la madurez para enfrentarse a los matones que ya de por sí cumplen los clichés
de brutos, fuertes y arrogantes, verá que modificando ciertos estereotipos dentro
de su persona puede moldear lo que su nieto realmente desea, acompañado del
anciano Charlie, único amigo que conoce la verdad tras la máscara de frescura
que posee Jack. Fuerza, valentía, ganas de disfrutar la vida, un canto a lo
bello de ser todavía un chico que está entrando a la adultez.
Hallamos a Anita Morris como Madeline, la detestable acompañante de un mayor Burns. De entrada, es pintada como frívola, amante de la buena vida, con una clara predilección por hacerse notar y con la lujuria siempre presente. Muy divertida y odiosa al mismo tiempo, en una performance que nos sacará más de una sonrisa y un enojo, un claro ejemplo de lo buena que es esta actriz.
Actoralmente
Charlie Schlatter intenta hacer los gestos de George Burns, aunque siendo
sinceros no se puede igualar el carisma del actor de 92 años en ese momento. La
mayor gracia de sus inventivas proviene de lo fácil que le es fanfarronear y no
quedar mal, en boca del joven no queda mal parado, pero es forzado, no se
aprecia la gracia que sí posee el veterano hombre.
También
es de señalar que Burns, comediante y animado nato volverá a escena cuando en
un momento clave de la trama el cuerpo del longevo líder de familia ya no
parece que tenga futuro, siendo la decisión desconectarlo pues sufre muerte
cerebral. Con el tiempo en contra, Jack deberá volver al hospital e
intercambiar nuevamente sus identidades, de yapa despertar para dejarnos con un
final predecible, edulcorado pero hermoso.
¿Para recomendar? Pasa el recomendado por el Tío Scabbs, se deja ver, es un título nostálgico y promueve los valores verdaderos. Nos vemos en otra reseña.
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