Kenji Endo es el protagonista, un frustrado ex guitarrista que no pudo llegar a la fama y ahora atiende una licorería familiar mientras cuida a su sobrina Kanna, dejada a su cargo y abandonada misteriosamente por su hermana. Coincidiendo con sus amigos de la infancia en el funeral de uno de sus integrantes, rememoran las aventuras de chicos sin dejar de notar algo que los inquieta: un símbolo que crearon cuando eran pequeños es el mismo que utiliza una secta liderada por Amigo, misterioso individuo del que no se le conoce el rostro.
A medida que pasan los días más muertes se relacionan en el
entorno de Kenji y su pandilla mientras las inofensivas predicciones oscuras,
anotadas en un cuaderno al que llamaron libro de las profecías, se van
cumpliendo tal cual lo escribieron. Ahora Kenji deberá reunir a los antiguos
amigos y ''aliados de la justicia", quienes ven con estupor y luego con
temor cómo su juego de chicos traviesos puede acabar con el mundo. Deben reunir
evidencia, recuerdos e intentar parar lo que dibujaron en las últimas páginas:
el fin de la humanidad en la víspera del año 2000.
Si hablamos de Naoki Urasawa no podemos más que saber que, desde el prólogo ya se irá gestando una obra grande. Y de qué dimensiones, aquí a diferencia de Monster (personalmente creo que su mejor obra) la historia no transcurre en dos líneas temporales como serían el pasado y el presente, sino en tres: pasado de niños, pasado de adultos jóvenes y luego la actual, el presente. Así vemos los recuerdos de varios años y las consecuencias de ciertos actos que todavía perduran.
Para no spoilear ya sabremos que algunos de los protagonistas no estarán en el período "presente”, por los eventos ocurridos en la Nochevieja sangrienta, pero como nos tiene acostumbrados el mangaka, siempre tiene varios ases bajo la manga, con una conexión tan lograda que ahí nos damos cuenta de lo estructurado de la trama. Urasawa pareciera que jamás improvisa y aunque habrá baches como toda obra que toca temas muy profundos, creo que no hallé cosas sin resolver, mostrando que supo inicialmente dónde iba y cada pista otorgada a cuentagotas tiene su validez una vez que la obra está avanzada, así, lo sinsentido cobra otro cariz.
Ojo, que Naoki tiene un defecto bastante grande y es que alarga innecesariamente las páginas para "no mostrar nada importante'' y eso a muchos lectores los aleja, por eso una de las críticas que siempre tuvo es que debería enfocarse más en la historia principal y no abrir subtramas que no aportan gran cosa; si aceptas los cambios de tensión, pausas y nuevamente acción sin freno, 20th Century Boys será una elección agradable.
Los personajes, Kenji de niño y su sobrina Kanna en el
presente, son una delicia, carácteres distintos y a la vez unidos por la
familia, ni hablar de los amigos que se reúnen por distintos motivos y van
forjando las mentes para cuando sean grandes.
Y llegamos al antagonista, hablamos de Amigo,
supuesto benefactor de la humanidad con lo acontecido el 31 de diciembre del
2000, ya de entrada sabemos que es un fraude, pero desconocemos los motivos y
lo más importante ¿cuál es su identidad?
Todo lo predicho en el libro infantil de la banda de Kenji
se cumple de una u otra forma, significando que Amigo era uno de los
integrantes de la pandilla, o muy cercano para acceder al plan que tenían
cuando jugaban en el escondite secreto. Asesinatos, guerra bacteriológica,
lavados de cerebros, realidad virtual, fanatismo, todo es válido para tener el
mundo en la palma de la mano.
¿Por qué hacer pedazos distintas zonas del globo y cómo
consiguió recrear cada paso a la perfección? Sumemos eventos sobrenaturales que
se le atribuyen al líder sectario y ya tenemos un personaje que es amado y
odiado en partes iguales. Le agregamos política y un toque de religión para
hacerlo conspiranoico y obtenemos un producto aún más maduro.
Para sumar suspenso no deja de usar una máscara y quien
osara querer ver sus facciones se puede dar por perdido. A mitad de los tomos
se da vuelta la torta y nos acercamos a parte de la verdad peeero como siempre
quedan dudas por los giros que Urasawa suele brindar.
Este manga tiene una cantidad desbordante de protagonistas y
personajes secundarios que van incrementando su rol, pasando a varios grupos en
la era actual que quieren contar lo que realmente sucedió a finales del siglo,
no se preocupen que a pesar de lo vasto que pareciera, no lo es tanto.
El cauce psicológico lo tenemos principalmente en el
villano, quien se toma el libro de las profecías como una necesidad,
algo a cumplir sin importar el costo humano, de hecho, cuando iban saliendo
ideas en las mentes de los chiquillos visualizamos los aportes de varios
integrantes con lo esperado: los malos trayendo enfermedades, explosiones,
dolor y muerte, mientras el grupo allí reunido usarían capas y con ingenio
acabarían con el malvado robot gigante. Una oda a la imaginación infantil y los
pasatiempos nostálgicos.
En resumen: Una obra extensa donde ambos bandos ponen el alma para llegar a sus metas. Traumas de la niñez, sociedad corrompida, y a la vez nobleza, familia y amistad verdadera, esas que se cuentan con los dedos de una mano. Atención, este manga posee 22 tomos recopilatorios pero el epílogo se da en 21th Century Boys, dos tomos donde el desenlace da un cierre magistral y ata los cabos que estaban dando vueltas.
Lo mejor: La fortaleza de los "buenos" tras
la Nochevieja sangrienta y la paciencia para intentar cambiar el rumbo del
país.
Lo peor: muchas tramas secundarias que pueden
aburrir.
Para darle una oportunidad y ver porqué Urasawa se ganó el apodo del maestro del suspense japonés, algo ya habitual para alguien que escribió Pluto, Billy Bat o Monster, nos vemos en otro número.