martes, 21 de junio de 2022

Reseña anime: The cockpit (Leiji Matsumoto)


Título en español:
La cabina del piloto/The cockpit

Título original: ザ・コクピット

Adaptado manga: Leiji Matsumoto

Duración: 67 minutos

Año: 1993

 Leiji Matsumoto, conocido principalmente por Capitán Harlock, Space Battleship Yamato y Galaxy Express 999 entre otras obras, siempre se caracterizó por la psicología y los valores de sus protagonistas, con una tendencia hacia la crítica, la opresión y la moral de las naciones en tiempos de guerra. Y qué mejor obra para plasmar que lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, tres Ovas adaptados de un manga escrito por él a principios de la década del 70. Pasen y lean, con ustedes The cockpit.

 Historia 1, Estela

Erhart Von Reindhas, piloto de combate del Eje, cae con la desgracia de ser considerado un cobarde. ¿Su acción? Tirase en paracaídas de su avión Focke-Wulf 190 A4 cuando consideró que no podía salir ileso de sus perseguidores en pleno ataque aéreo.

Tildado de no seguir las órdenes, con su escuadrón completo aniquilado y sin patriotismo, tendrá una segunda oportunidad para reivindicarse, con la misión de escoltar a un bombardero que lleva algo secreto y muy peligroso como cargamento.

Sin embargo, una novia del pasado junto a su padre científico, advierten que llegar al destino sería el peor de los escenarios. Con la ética y el deber hacia Japón, el protagonista deberá elegir nuevamente si seguir las instrucciones o aceptar lo que le manda la consciencia...

 

Historia 2, Cherry Blossom

Nogami, un piloto kamikaze, tiene la misión suicida de pilotear a "La Flor de Cerezo", considerada como avión/ataúd pues la muerte es segura para quien lo maneje. Inicialmente el bombardero no llega al portaaviones estadounidense en el Océano Pacífico, pero lo intentarán con otro escuadrón al día siguiente, ya que la cercanía del objetivo es primordial para el éxito. Pasando la noche con sus compañeros de flota Nogami ve que la guerra está casi perdida, mientras platican e intercambian historias personales se manifiesta que sus convicciones no merman, llegando las horas decisivas para su última tarea... 


 Historia 3, el Dragón de hierro

Con un bombardeo masivo en la región, Kodai y Utsunomiya, dos soldados nipones, quedan a cargo de volver a su base, uno por una promesa realizada, el otro para ayudarlo a cumplirla. Pero temen que sea en vano ya que la posibilidad de que esté ocupada por los enemigos es muy alta.

En un sidecar restaurado, ambos irán conociéndose y mientras corren, el desenlace de su carrera se acerca...

Como toda labor del mangaka, la perfección de las máquinas es lo que resalta en cada entrega, los aviones son fieles a la realidad y cada artefacto posee el peso de lo que era en su momento, velocidad, altura, armas. Cada escena de acción es confeccionada para no ser pesada y si bien son escasos, los minutos de combate valen lo plasmado en la animación.

Se visualiza la competencia por mejores aeroplanos y también la impotencia japonesa por algo que juzgan acabado, en algunos casos el honor es lo más sagrado, en otros una palabra vacía. La valentía se muestra de formas variadas, aunque lo importante siempre será el pasado y el futuro de los personajes. Dependiendo el destino vemos cómo se las arreglan para seguir sus convicciones, estén erradas o acertadas no frenan pese al peligro.

 


La segunda historia personalmente es la que más me impacta, porque retrata con fidelidad el Cerezo en flor, miniavión destinado con sus cohetes de alta velocidad a traspasar cualquier obstáculo enemigo ya que el cohete-humano logra superar la barrera del sonido, siendo inalcanzable para los tiradores.

A pesar del intento de romantizar del relato, con su dibujo y algunos sujetos dibujados en forma caricaturesca, no deja de ser trágico ver que existieron en la vida real, un verdadero lavado de cerebro para los pilotos. Prototipos de bombarderos, cazas Ta 152, Ohka, aeronaves A6M2 y el sidecar Kawasaki Ki-61, que hace su aparición en la Ova final, todos con trazos fidedignos.

A pesar de todo el guion antibélico, no deja de ser interesante el hecho de mostrar a los Aliados como más sanguinarios, la bomba atómica es un tema que se menciona continuamente al igual que la inutilidad de la guerra. Matsumoto es un referente a la libertad dentro del manga y cada anime que tiene su sello, pero aquí vemos un rasgo de querer no "demonizar" a todos los soldados japoneses, que sólo son hombres mandados y no tienen la culpa de las órdenes de las altas esferas políticas.

Para finalizar, la música tiene poca presencia para dar más énfasis a los abundantes diálogos, hallándolas principalmente cuando las armas hablan o en situaciones estresantes. Los trazos de los humanos son los habituales del autor, algunos con cicatrices "a lo Harlock", marca registrada del mangaka.

En resumen: Obra para ver de un tirón, se pasa rápido. Recomendable, aunque no quedará como otros clásicos de Leiji Matsumoto, nos vemos en otro número.

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