Antes que nada, no se guíen por la tapa, que de por sí es muy bonita, pues adentro la trama no agarra fuerte y no nos suelta: ¿qué pasó en la ciudad de Hiroshima luego del fatídico día? ¿Cómo se arreglaron lossobrevivientes? ¿se puede ser feliz?
Cicatrices y quemaduras de hace diez años no son nada en
comparación al rechazo que obtienen del resto del país. Completamos el panorama
negro en la psicología de la protagonista con el síndrome del sobreviviente,
algo que es común en los que padecen la muerte de sus familiares más cercanos.
Trabajando y con una culpa no justificada, niega toda posibilidad de ser feliz.
La más corta de las historias y, a la vez, la que toca la
parte sensible del lector, en apenas 30 páginas se ven destellos de humor para
atenuar lo crudo del relato.
Con "El país de los cerezos" el
tiempo ha seguido su curso y saltamos de 1955 a mediados de 1980, donde Nanami
Ishikawa (hija de Asahi, hermano menor de Minami no afectado por la
radiación al no estar presente el 6 de agosto de 1945) hace nuevos amigos en el
colegio, manteniendo su amistad con Toko Tane. Ambas emprenden un viaje
saltándose clases escolares para visitar a Nagio que tiene asma,
llevando al hospital pétalos de flores de cerezo.
Esta segunda historia es más costumbrista y no está presente
la tragedia, aderezado con mucho humor para aplacar el prólogo, eso no
significa que no esté presente el dejo melancólico del progenitor, donde hace
breves apariciones, pero sin conocer las expresiones faciales.
Con el tercer capítulo El país de los cerezos (II) profundizamos
en la psicología y las vivencias del mencionado Asahi, el hermano menor de
Minami, con otro salto temporal: ya estamos en el 2004. Ahora sí podemos
visualizarlo y comprobamos que es un hombre mayor que frecuentemente da paseos
y en ocasiones tarda días en regresar.
La aventura de seguir a Asahi e intentando que no sospeche
dará lugar a disfraces, cambios de asientos y otras situaciones cómicas del dúo
de amigas, a la vez nos mostrarán con flashbacks el inicio de la vida adulta
del protagonista, el no estar enfermo es una bendición y vemos que inculcará
valor y dignidad a quienes padecen algún estigma social. Cualquier falencia es
achacada a la bomba y el veneno de Pika, siendo "pikadon"algo
horroroso. Las onomatopeyas pika (flash) y don (estallido) son eufemismos para
referirse a la bomba atómica de Hiroshima y si alguien tenía lentitud en
aprender en el colegio, era tachado de poca inteligencia, supuestamente por la
secuela nuclear.
Asahi crece y vemos cómo formó a su familia, entrecruzándose las tres historias y mostrando diferentes modos de vida que siguieron en los años posteriores a la conclusión de la guerra. Esperanzador y con energía, da mucha satisfacción leer algo que se nota está cuidado, histórico, mencionando lugares que existen, el porqué de las reacciones de cada individuo y cómo van evolucionando los modos de pensar de un país.
En las notas de autor, la mangaka Fumiyo Koumo da
explicaciones delo que hablan o susurran los personajes, ya sean canciones,
eventos reales (como cuando Marilyn Monroe visitó la isla) o datos de béisbol,
deporte que se menciona casi en su totalidad
La autora en el epílogo narra que nació y creció en
Hiroshima y que siempre negaba la realidad, aun sin tener parientes afectados,
desvinculándose del tema porque la bomba era "algo del pasado", un
problema ajeno. Pero algo le carcomía el alma que la conciencia le empujó a
documentarse bien y conocer su ciudad natal, más cuando se mudara a Tokio para
dibujar manga. La obra presente halla a una autora establecida, madura y que
además de dibujar bonito (su manejo de acuarelas es simple y cálido) puede
trasmitir sentimientos. 103 páginas que dejan huella, nos vemos en otro número.
Nombre original: Yūnagi no Machi, Sakura no Kuni
Autora: Fumiko Kouno
Año de publicación: 2003-2004
Edición en español: Glénat, Kodai