Luego de cinco años de estar juntos, el novio de Ozawa Michiyo, la protagonista, termina la relación y corta todo contacto con ella; intentando asimilar el panorama llega un poco ''bebida'' al departamento de Zenji Oyamada, un vecino que está unos pisos debajo, así se inicia una amistad que lentamente va afianzándose en un tímido romance.
Al principio de la historia vemos que Ozawa estaba
convencida de un futuro casamiento, la respuesta no es una negativa sino el
rompimiento mismo del noviazgo. Estando hablando de la vida misma, ve que la
propiedad de Zenji está abarrotada de cajas, y con estantes llenos de
diferentes juguetes, adornos, figuras y chucherías sin ningún orden: todo esto
son regalos del hermano Satoshi que tiene mucho dinero y es un comprador
compulsivo, quien adora a su hermano menor y le envía toneladas de sorpresas.
Shimamoto es uno de los pocos amigos que Zenji tiene, quien conoce las características tranquilas y ve con buenos ojos el acercamiento de esta muchacha a la vida de alguien demasiado relajado y sereno, más cuando visualizamos que las visitas se van haciendo frecuentes.
Algunos de los regalos recibidos son: conjunto completo de ollas de barro, cigarrillos, bebidas de todo tipo (y tenor alcohólico), juguetes variados, gafas para sol, armas, banderas y relojes, cama con forma de ataúd. El entretenimiento es algo tan asombroso que los tres se maravillan con las cajas sin abrir, una aventura en cada entrega...
Dependiendo la situación, en las páginas la sala estará
abarrotada hasta el techo (de hecho, el departamento contiguo está alquilado y
sirve como almacén), o si suceden situaciones comunes sólo destacándose los
diálogos y las caras, con variedad de expresiones de cada personaje. Trazos
simples para los mismos, no así los fondos, con mucho mimo para que sobresalgan
los productos cuando están mostrando otro envío. Como Zenji trabaja con la
computadora, posee tiempo libre una vez acabado su turno, y con el correr de
los capítulos ya le es habitual esperar a que toquen el timbre de su casa.
Si bien la considera muy bonita desde el inicio de la historia, la trama va discurriendo lentamente, con indicios a futuro, pero sin animarse a dar el paso, por temor a perder la camaradería y los buenos momentos que ingresaron a su vida.
''Cuando estoy con
Oyamada-kun, es interesante y divertido...quiero verlo"
Lo que parece raro dentro de la casa no es algo que afecte a
la joven pareja, como ejemplo en un momento se dan cuenta que entre tanto
souvenir hay dos muñecas inflables en medio del living...hasta con nombres
propios. Gags con dobles sentidos pero inocentes a la vez, y siempre cerca
Shimamoto para acabar el remate del chiste. Poniéndome a repasar, me doy cuenta
que no es la pareja sola, es un trío de veinteañeros que son adultos, pero
mantienen la inconsciencia a flor de piel. No todo es diversión, se plasma el
maltrato laboral, las inseguridades y el miedo al futuro, especialmente en
Ozawa tras lo ocurrido con su pareja anterior, y de a ratos una luz cuando se
quita el miedo y empieza a confiar en Zenji.
Cada capítulo termina con una viñeta superdeformed, algo muy
habitual en los tomos japoneses. Citas, salidas cerca del barrio, cambiar el
estilo de las habitaciones, tareas habituales pero esta vez acompañados y con
una sonrisa.
Con sólo tres tomos recopilatorios, es un manga que se lee
rápido y viene muy bien en épocas festivas, de hecho, la navidad es algo
importante (e incluso crucial) en la obra. Una trama divertida, simple slice
of life con un toque de romance que aumenta de a poquito, nos vemos en otro
número.
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