Galerías con pinturas rojas y azules con increíble estado de conservación, un Buda de diez metros de altura y otro de diecisiete, donde hay que buscar un buen ángulo para observar sus ojos con la mirada característica, que tiene el honor de ser la más imponente de Yungang, pero estos colosos no son mayoría ya que también hay miniaturas que no sobrepasan de los 10 cm e incluso unos indescriptibles encantos de 2 cm. En la cueva 6 son de destacar efigies de la vida de Sakyamuni, uno de los títulos del Buda, contando aspectos de su trascurrir por el mundo.
Paredes decoradas, tres Budas de pie y para el final vemos uno sentado, el más apreciado por su belleza y estar al aire libre.
Con
la Ruta de la Seda se abrió el
comercio que conectó, además de grandes negocios, una forma de intercambio
cultural; estando el budismo en pleno apogeo se empezó a cavar en las laderas
de la montaña Wuzhou Shan aproximadamente en el 453 D.C durante la dinastía Wei del Norte (386-533), para
finalizar en el año 523 aproximadamente. Se utilizaron procedimientos persas,
indios, sirios y griegos para esculpir la roca en un estilo conocido como Gandhāra, aunando todo en el desarrollo
de la representación religiosa con delicada arquitectura, todo nace de esculpir
sobre la roca e ir modelando estas joyas, con la paciencia propia de los
maestros artesanos.
Al igual que con las pirámides de Egipto, a su alrededor veremos un complejo de santuarios y templos con jardines, con un museo para descubrir más de la historia de El Iluminado.
Edificios
de madera creados en 1621 aún mantienen parte de su estructura original, y se
han implementado medidas para conservar los monjes tallados y demás obras
artísticas de las tormentas e inclemencias del tiempo; durante la Revolución Cultural los Guardias Rojos
dañaron algunas piezas y las marcas de bala aún son visibles, lo positivo es
que después de que la UNESCO declarara las Grutas de Yungang como Patrimonio de la
Humanidad en el 2001, las obras para dar protección al arte budista no han
dejado de crecer.
El
inicio en el siglo IV de las pinturas y el tallado sobre la roca pura se dio
luego de años de luchas entre el gobierno chino y camarillas anti budistas
adeptos al taoísmo radical que habían logrado emitir un edicto de proscripción
total. Con guerrillas internas y la muerte del Emperador y varios de sus hijos
se relajaron las medidas y se creó una oficina finamente tejida, de control
gubernamental sobre los asuntos religiosos. Tan Yao persuadió al nuevo
gobernante (quien deseaba revertir los horrores de sus antepasados) de originar
un monumento a Buda, arrancando lo que sería un monumento de cuevas que duró 70
años y que daría fama a la ciudad cercana.
Y si
queda algo de tiempo para estar en Datong,
no muy lejos ubicaremos el Monasterio
colgante también llamado Templo
Xuankong que reúne 3 religiones tradicionales chinas: Budismo, Taoísmo y
Confucianismo, esta vez construido a finales de la Dinastía Wei. Lo particular
es que se mantiene a casi 70 metros del suelo y mantenido exclusivamente por la
montaña, los pilares de madera añadidos siglos después son simplemente
decorativos, una elección estética que refuerza la percepción de un sitio "posado"
en la ladera de la montaña.
Los
paisajes de montaña dan una sensación de libertad inigualable, sólo se
recomienda prudencia por la altura, disfrutar las salas y, de más está decirlo,
no es apta para los que sufren de vértigo.
La
ubicación está en un precipicio y la estructura se mantiene en su lugar con
vigas transversales de roble encajadas en agujeros cincelados en los
acantilados. La roca sirve como pared trasera de los pasillos y ha sido
ahuecada para acomodar estatuas de Buda, además el monasterio alberga 80 estatuas
de bronce, hierro, arcilla y piedra.
Se
excavó una cuneta en la montaña directamente encima del templo para evitar la
caída de rocas hacia el lugar desde una montaña más alta; en cada edificio
vemos escaleras de madera estrechas para subir y bajar, y pisos conectados por
dos caminos de tablones con un ancho que solo puede acomodar a una persona,
debido a esto se debe el apodo de “peligrosidad” del lugar y la seguridad es
esencial: caminar rápido y correr está terminantemente prohibido. En las 40
salas vemos otra forma de arte propia de esos siglos, deidades, dragones,
inscripciones para “calmar” las inundaciones del rio que percibimos en la base
del Monasterio y la tranquilidad que buscaban los sacerdotes y monjes hace 1500
años atrás.
Se
dice que los visitantes deben esperar más de tres horas para ingresar durante
las vacaciones porque la estructura se llenaría de personas y con la
muchedumbre los pasillos serían incómodos, aunque valdrá la pena tal como
mencionan los caracteres chinos “壮观”que
significa “gran vista espectacular” pintados
al pie de la montaña por el gran poeta Li Bai en la dinastía Tang.
Sin
duda un lugar que todo visitante a China debe tener en cuenta para visitar, ¡nos
vemos en otro número!
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