sábado, 22 de agosto de 2020

Opinión: La muerte de Superman

¿Cómo renovar una franquicia que viene de décadas y aún con cuatro series alternativas además de las de televisión, cansa por su premisa repetitiva? El mundo de los cómics puede variar con respecto a los mangas, especialmente en que sus metas no están definidas por un objetivo, pues en Oriente una vez que se cumple el objetivo, sea venganza, amor, conseguir llegar a la cima o similar, el título tiene «final» (al menos en la mayoría de las obras japonesas, saquemos las excepciones).

Si Spiderman, los X-Men (ya, ya sé que son de Marvel) Batman o Wonder Woman son eternos, no pasa nada si dejamos por cierto tiempo de seguir las entregas. Este fue el caso del más poderoso de toda la cartera de superhéroes de la Compañía DC, Superman.

No es que viniese devaluado, sino que tenía todo: superfuerza, agilidad, técnica y velocidad. Aunaba en su persona una veintena de características de otros defensores, era el paladín supremo y sin ninguna desventaja, salvando la kriptonita, claro. Pero aun así era solo esperar pasar unas páginas para que escapara milagrosamente.
Esto le estaba costando a la empresa no pocas ganancias, incluso se hablaba de sacar menos números de otras tiradas, lo de la bancarrota cercana siempre fue un mito.

En pleno 1992, sucedería algo irreal: el hombre de acero se enfrentaba con una amenaza gigante proveniente de otra galaxia, un ser desconocido que, antes de enfrentarse a él, ya había ejecutado a cientos de personas, ni hablar de legionarios del bien que caen casi sin esfuerzo. Guerreros conocidos heridos o semimuertos, bajas constantes por una bestia imparable.
Este ser todopoderoso tendría el apodo de Doomsday. Mucho más adelante veríamos su origen en otros cómics (cerrando algunas subtramas secundarias que quedaban con agujeros), pero mientras tanto el mundo estaba bajo su control de exterminio: lugar donde pisaba, ciudad aniquilada.

El más grande de todos no dejaba de dar y recibir tortazos, la conmoción del planeta es en vivo pues el equipo de Jimmy Olsen, el fotógrafo de toda la vida, se encarga de fotografiar y filmar cada secuencia, la transmisión moviliza una oleada de esperanza y miedo al mismo tiempo.
La pelea epopéyica y final se dará en Metrópolis, cuna del reportero/héroe y con cada minuto se ve en él un creciente cansancio, sumando a la vez que Doomsday no parece presentar fatiga.
¿Cuánta furia y fuerza puede tener un ser orgánico? Los límites son rotos porque este enemigo evoluciona cuando está en problemas, la Liga posee a varios de los más famosos entes que irán cayendo uno tras otro.

En el número Superman #75 vemos que el hombre del mañana finalmente logra que la monstruosidad caiga, pero el precio es caro: las heridas hacen sucumbir su cuerpo y termina muerto en los brazos de Lois Lane. Este ejemplar fue el más vendido de la historia, se calcula que solo en EE.UU se compraron tres millones de copias. Con este epílogo quedaba todo en un ¿qué pasaría en el futuro?

Los guionistas tuvieron tiempo, un año dura toda la saga, de acomodar una buena historia que siguiera atrayendo a los lectores, pero jugando con el esperado retorno del Hijo de Kriptón, algo que fuera creíble y no opacara su deceso. Con esto en mente la ciudad recibe una sorpresa inesperada: cuatro Supermanes que desean instaurarse para reemplazarlo y seguir la senda.

«Funeral para un Amigo» y «Reino de los Supermanes» nos muestra que se lamenta la pérdida de semejante individuo, de Clark Kent se desconoce si murió o si está desaparecido en las ruinas, los padres adoptivos tienen mucha relevancia en unas cuantas páginas atípicas donde hay una fusión cercana a lo metafísico, así vemos que el alma debe decidir si ir al Paraíso o seguir ayudando a la Humanidad.

A la vez vemos los pensamientos de los enemigos, figura que recae exclusivamente en Lex Luthor, némesis por excelencia de Superman, pero no pierde la oportunidad de ser uno de los mentores de un nuevo proyecto: Superboy, clon creado a partir del original con características propias, una versión joven y bastante insolente a quien no le gusta que lo comparen constantemente con el original y que odia su apodo producto de los periódicos.
Y este nuevo chico no será el único que quiera proteger Metrópolis, ya hemos dicho que son cuatro y los tres restantes también tienen su participación: Stell, humano que tiene una coraza completa de acero; Hijo de Krypton (llamado también Erradicador), con lentes, una versión bastante fría que impone la ley a su manera; y Cyborg, con partes robóticas.

¿Puede salir bien parada una trama con tanta novedad? Si, y con creces vamos hacia un clímax donde visualizamos qué fue del Superman original, quedando satisfechos o al menos convencidos.
Si se podría decir que fue un truco publicitario o no, la cuestión es que funcionó. La propaganda daría vuelta en el mundo real para mover los engranajes, pero acordémonos que era pleno 1992, época donde no existía internet, redes sociales o spoilers; durante casi un año las historietas referidas al hombre de acero se vendieron como agua y engendró el inicio de varios arcos con hilos argumentales realmente nuevos, soplos de calidad que hacían renacer a dibujantes que debieron poner todo su empeño. La gente quería más y una corriente de cambios giraría el destino de muchos ídolos y semidioses de papel.


Comparado con el país nipón, los cómics no tenían esos golpes duros a los principales y era rara la premisa de «muerte y posterior renacimiento» que ya hemos visto en todas partes, siendo la más clara para citar como ejemplo Dragon Ball, con Goku o especialmente Krilin, que mueren más de una vez y son revividos por las esferas del Dragón. Sin embargo, aquí en cómic fue un acontecimiento debido a la figura que tiene como ícono, Superman viene desde hace décadas y era imbatible, por eso la contrafigura tenía que ser alguien que fuera realmente extraordinario.

La versión coleccionista ya viene separado en tres arcos: Muerte de Superman, Funeral para un Amigo y Reino de Supermanes generalmente viene junto al de Regreso de Superman, léanlo o si quieren pueden ver luego las versiones animadas del 2018 y 2019, bastante fiables aunque en un entorno moderno donde ya existen celulares y una tecnología más acorde al siglo XXI, por favor NO miren la adaptación del 2007, Superman/Doomsday, ya que casi no cumple en nada lo creado en cómics, una versión ligera donde faltan muchos protagonistas y el antagonista apenas tiene minutos en pantalla.
Nos vemos en otro número.




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