Un artículo que escribí en el 2012, le saco el polvo y vuelta a publicar ;)
Opinión: Casamiento en Japón
Para celebrar el Día de San Valentín... ¡¡cómo!! ¿ya pasó? Diómío... nada mejor que un artículo sobre el día de bodas, hallando diferentes culturas según las zonas del país nipón. Aun en pleno siglo XXI, todavía existen las bodas arregladas (si, como el anime de Ranma 1/2) aunque es una costumbre que ha caído muy en desuso, ya que cualquiera de los interesados argumenta que no se siente a gusto con la persona elegida y la ley no puede obligarlos.
Siglos atrás esta paranoia de "casamiento temprano" era común entre las familias para ascender de clase o demostrar personalidad, teniendo la norma de que era mal visto la soltería en la adultez (vamos, que cualquiera que mire una serie antigua de Japón seguro reconoce los trueques entre las familias asignadas, con regalos muy costosos, tierras y demás dotes, sin pensar en los sentimientos de la pareja).
Los festejos son variados de acuerdo a los deseos de los mismos, encontrándonos uniones en casas, iglesias, templos e incluso hoteles especializados, donde en su interior hay cocinas gigantes para el banquete del día especial y las últimas novedades con respecto a las modas en las peluquerías.
En este tipo de eventos es altamente conocida la elección del "June Bride" (Casamiento en Junio); siendo por esos lares el principio del verano, la suerte acompañará a los tortolitos por el resto de sus vidas. También es común que los futuros esposos se muden de ropa dos o tres veces, una táctica que actualmente empieza a perder notoriedad por el incremento monetario, debido a que los trajes y kimonos son increíblemente costosos.
Algo que es diferente al mundo occidental es el horario: si bien la boda puede ser a primeras horas, regularmente es cercano al mediodía el tiempo de preferencia para la gran mayoría de los casamientos, y casi nunca a la noche, ya que gran parte de los locales cierran temprano sus puertas. Y aunque se visualiza una influencia europea y estadounidense en muchos ámbitos luego de la segunda guerra mundial, en los casamientos japoneses prima esencialmente las tradiciones de antaño, pero con los kimonos tradicionales se adoptaron algunos ritos tal como el intercambio de anillos, que la novia use algo de color azul (pulsera, rodete, cinto), etc.
¿Qué hacemos nosotros si salimos de una iglesia? Recibimos una lluvia de arroz para traer felicidad y la bendición para tener hijos, en Japón el arroz es algo fundamental en la dieta y se lo usa para una variedad infinita de cosas… pero no lo reciben en granos, sino en botellas de sake los familiares del grupo (suegros, tíos, etc.). Todavía hoy persiste entregar calamar deshidratado y el Kombu, una especie de alga seca.
Hay que mencionar que hay miles de formas distintas para entregar dinero (suelen ser sumas abultadas) sea en sobres decorados, latas especiales o cajones, pero tranquilos, esta es una opción que utilizan los jefes o empresas importantes hacia sus empleados más fieles. En resumen, los costos, festejos y nervios suelen ser universales en cualquier boda, nos hablamos.
Me olvidaba de agregar algo friki: como habrán deducido, las bodas “estrafalarias” también tienen su apogeo en la comunidad joven, si en EEUU uno se quiere casar en Las Vegas con un grupo disfrazado de Elvis Presley y su música de fondo, acá se puede optar por una boda donde se usa vestimenta de princesas, samuráis o una representación de alguna Era que nos agrade.
Para más locura en Mayo del 2010 se aprobó un “cura robot” (en San Google podrán mirar al bichito tecnológico), en el 2009 un coreano llamado Lee Jin-gyu obtuvo permiso para contraer matrimonio con su dakimakura de Fate Testarossa (Mahou Shoujo Lyrical Nanota), mostrando que gente para psiquiatría nunca faltan (¿quién se casa con una almohada estampada de tamaño natural?).
Pero volvamos a la isla de oriente: si la “novia-almohada” no es lo suyo ¿qué tal con un videojuego? ¿O alguna protagonista de la serie de Suzumiya? Como pueden ver, los límites entre el amor y la locura es un hilo muuuy fino, nos vemos en otro número.
No hay comentarios:
Publicar un comentario